viernes, 9 de noviembre de 2012

Algo sobre la vida militante de mi padre



Entrevista que el Servicio Informativo Ecumenico y Popular le hizo a mi padre.
http://www.ecumenico.org/article/desde-muy-joven-fui-admirador-de-emiliano-zapata/

Desde muy joven fui admirador de Emiliano Zapata

En 1960 estaba claro acerca del Partido Comunista. Pero esto me causaba un conflicto familiar ya que mi papá era martinista. Al final en 1962, el 23 de diciembre, a los 26 años entre al partido. Me juramentaron en un mesón en Santa Ana en una pieza que alquilaba Mariano “El Chino” Carranza.

SAN SALVADOR, 30 de agosto de 2006 (SIEP) “De joven era muy cinero y me impactaron profundamente dos películas que exhibieron en Santa Ana de Emiliano Zapata. Me convertí en zapatista…” expresó Víctor Gregorio Rivera, de 70 años de edad, veterano militante revolucionario salvadoreño.
“Nací en 1936 en la ciudad de Texistepeque. Soy de origen campesino. Hijo de Eulalio Gómez y Salvadora Rivera. La mamá de mi papá, Nicolasa Gómez, era una india refajada del Quiché, Guatemala. En 1955, me integre a trabajar a una fábrica de ladrillos en Santa Ana.”
A esta fábrica empezaron a visitarnos inspectores del Ministerio de Trabajo que nos explicaban proyectos de seguridad social, sobre riesgos profesionales y también nos exhortaban para que nos afiliáramos al Sindicato de la Industria de la Construcción.”
“También llegaban seguido a darnos charlas dirigentes del Sindicato bajo la sombrilla de los inspectores del Ministerio de Trabajo. En ese momento las charlas que me daban, sinceramente no me gustaban, me caían mal, pensaba que llegaban a quitarnos el tiempo. Yo venía del campo, hijo de agricultores, con una mentalidad muy conservadora. Mi papá admiraba al general Martínez porque según él tenía la disciplina para gobernar, y argumentaba muchas cosas más.”
“Pero al fin de tanta insistencia de los sindicalistas poco a poco fui cambiando y les fui poniendo más atención a sus mensajes. Me ayudo que de joven era muy cinero y me impactaron profundamente dos películas que exhibieron en Santa Ana de Emiliano Zapata. Me convertí en zapatista…por la lucha por la conquista de la tierra y contra la injusticia social que cometían los feudalistas en México.”
“Supe también de Pancho Villa en el norte de México pero prefería a Zapata porque en su pensamiento era un socialista agrario, en la zona sur de México las cosas fueron diferentes, había más claridad en la lucha…Esto me fue calando, me iba cambiando. Recuerdo que el planteamiento de zapata era: tierra, trabajo y libertad.”
“Debo reconocer que tenía defectos. Era tomador. Todos los fines de semana me iba a chupar. Pero con el tiempo iba cambiando. Con los años poco a poco me fui disciplinando…Y es que tengo tradición. Nosotros teníamos sacaderas, hacíamos chaparro, se como hacer chaparro y yo era el puntero, el catador… Otros grandes defectos que tenía es que era enamorado y parrandero.”
“Una vez, al fin de tantas invitaciones, me acerque a una asamblea del Sindicato de la Construcciòn. Allí conocí a Julio Cesar Castro Belloso, y Hugo González, conocido en el medio de la construcción como Pajita. Los dos eran del Partido Comunista y llegaban a darnos charlas políticas y sindicales. El Oso (Castro Belloso) era un gran dirigente y profesor sindical. Llegaba también Alberto Quijano, que luego fue del Comité Central del PCS y que lamentablemente murió borracho en la calle, el alcohol lo dominó y lo destruyó como dirigente.”
Buscábamos irnos para la Sierra Maestra en Cuba
“Así fue como me empecé a acercar a las estructuras sindicales entre los años 57 y 60. Un hecho que me impactó profundamente fue el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959. En 1956 junto con Felipe “El Cuche” Zaldivar, nos fuimos para México, a buscar contactos en la Universidad de México con los cubanos del Movimiento 26 de Julio, decididos a irnos a incorporar como combatientes a la lucha en la Sierra Maestra.
“Nosotros seguíamos de cerca las noticias, oíamos a Radio Rebelde y llegaba la revista Bohemia. Estábamos bien enterados del proceso revolucionario cubano. Lamentablemente no encontramos los contactos quedándonos varados en la capital mexicana. Felipe y yo éramos unos jóvenes aventureros, queríamos ir a luchar a Cuba contra el dictador Batista pero no teníamos conciencia de lo que estábamos haciendo.”
“Para irnos a México Felipe me dijo: mirá yo tengo guardados unos quinientos pesos, y vos conseguite unos doscientos. Me acuerdo que nos juntamos una mañana en el Parque Central de Santa Ana y de allí tomamos una camioneta para la frontera…Con Felipe vivíamos cerca, una pared separaba los mesones en que vivíamos. La mujer de Felipe hacía y vendía batidos. Éramos de la misma edad y platicábamos mucho, él era muy inquieto.”
“Todo esto me fue llevando a tomar conciencia de la realidad. Me incorpore a la lucha contra la dictadura de José María Lemus. Del 56 al 59 fueron años de trabajo político, de convencimiento, dentro del Sindicato de la Construcciòn, que pertenecía al Comité de Unidad Sindical, CUS. Hubo dos compañeros que me talonearon, me buscaron para reclutarme para el PCS. Se llamaban Mariano Carranza que era ladrillero y Santos Medardo Villeda, que era albañil. En el año 1959 me dieron los estatutos del PCS para que los estudiara.”
“Empecé a reunirme con un grupo de partido, con los compañeros Mariano El Chino Carranza, Santos Villeda y Virgilio Guerra, que eran obreros de la construcción; Pedrito Yanez, que era motorista y dirigente del Sindicato del transporte, y Eduardo Camporeal, talabartero conocido como El Potro. Nos reuníamos en nuestras casas y cuando realizábamos reuniones ampliadas las hacíamos en una pequeña finca, de una compañera que vendía queso que quedaba en el cantón El Mora.”
“Las hacíamos a veces en la madrugada para evitar ser detectados por la Guardia Nacional. Eran reuniones clandestinas, secretas. Recuerdo que una vez que me invitaron por primera vez a participar en una ampliada del Comité departamental del PCS, como delegado escogido de las células, nos dijeron que iba a llegar a hablarnos el Hermano Pedro, la compañera que me lo manifestó era profesora de ANDES 21 de Junio, me imagine que era algún pastor evangélico, pero no.”
“Se trataba nada más y nada menos que de un señor alto, de barba negra recortada, medio pelón y con cachucha. Se trataba de Schafik Handal, acompañado por su motorista, Víctor Manuel Sánchez, conocido como “El Niño” que fue muy solidario conmigo , con mi esposa Dinora, y con mi hija Leyla, cuando fue capturado y desaparecido entre el 75 ye 76. Al Niño lo desaparecieron en 1977.”
“Un pequeño comentario popular: ambos él y Schafik eran buenos para el diente. Una vez que viajaban para la ciudad de Santa Ana, en El Congo compraron un racimo de guineos manzanos maduros y al llegar ya se lo habían terminado y en la reunión continuaron con un puño de mangos sazones. Recuerdos históricos que nunca se olvidan. Estos fueron Schafik y el recordado Niño.”
Me juramentaron al PC en un mesón en Santa Ana
“En 1960 estaba claro acerca del Partido Comunista. Pero esto me causaba un conflicto familiar ya que mi papá era martinista. Al final en 1962, el 23 de diciembre, a los 26 años entre al partido. Me juramentaron en un mesón en Santa Ana en una pieza que alquilaba Mariano “El Chino” Carranza.”