Entrevista que el Servicio Informativo Ecumenico y Popular le hizo a mi padre.
http://www.ecumenico.org/article/desde-muy-joven-fui-admirador-de-emiliano-zapata/
http://www.ecumenico.org/article/desde-muy-joven-fui-admirador-de-emiliano-zapata/
Desde muy joven fui admirador de
Emiliano Zapata
En 1960 estaba claro acerca del
Partido Comunista. Pero esto me causaba un conflicto familiar ya que mi papá
era martinista. Al final en 1962, el 23 de diciembre, a los 26 años entre al
partido. Me juramentaron en un mesón en Santa Ana en una pieza que alquilaba
Mariano “El Chino” Carranza.
SAN SALVADOR, 30 de agosto de 2006 (SIEP) “De joven era muy cinero y me impactaron profundamente dos películas que exhibieron en Santa Ana de Emiliano Zapata. Me convertí en zapatista…” expresó Víctor Gregorio Rivera, de 70 años de edad, veterano militante revolucionario salvadoreño.
“Nací en 1936 en
la ciudad de Texistepeque. Soy de origen campesino. Hijo de Eulalio Gómez y
Salvadora Rivera. La mamá de mi papá, Nicolasa Gómez, era una india refajada
del Quiché, Guatemala. En 1955, me integre a trabajar a una fábrica de
ladrillos en Santa Ana.”
A esta fábrica
empezaron a visitarnos inspectores del Ministerio de Trabajo que nos explicaban
proyectos de seguridad social, sobre riesgos profesionales y también nos
exhortaban para que nos afiliáramos al Sindicato de la Industria de la
Construcción.”
“También llegaban
seguido a darnos charlas dirigentes del Sindicato bajo la sombrilla de los
inspectores del Ministerio de Trabajo. En ese momento las charlas que me daban,
sinceramente no me gustaban, me caían mal, pensaba que llegaban a quitarnos el
tiempo. Yo venía del campo, hijo de agricultores, con una mentalidad muy
conservadora. Mi papá admiraba al general Martínez porque según él tenía la
disciplina para gobernar, y argumentaba muchas cosas más.”
“Pero al fin de
tanta insistencia de los sindicalistas poco a poco fui cambiando y les fui
poniendo más atención a sus mensajes. Me ayudo que de joven era muy cinero y me
impactaron profundamente dos películas que exhibieron en Santa Ana de Emiliano
Zapata. Me convertí en zapatista…por la lucha por la conquista de la tierra y
contra la injusticia social que cometían los feudalistas en México.”
“Supe también de
Pancho Villa en el norte de México pero prefería a Zapata porque en su
pensamiento era un socialista agrario, en la zona sur de México las cosas
fueron diferentes, había más claridad en la lucha…Esto me fue calando, me iba
cambiando. Recuerdo que el planteamiento de zapata era: tierra, trabajo y
libertad.”
“Debo reconocer
que tenía defectos. Era tomador. Todos los fines de semana me iba a chupar.
Pero con el tiempo iba cambiando. Con los años poco a poco me fui
disciplinando…Y es que tengo tradición. Nosotros teníamos sacaderas, hacíamos
chaparro, se como hacer chaparro y yo era el puntero, el catador… Otros grandes
defectos que tenía es que era enamorado y parrandero.”
“Una vez, al fin
de tantas invitaciones, me acerque a una asamblea del Sindicato de la
Construcciòn. Allí conocí a Julio Cesar Castro Belloso, y Hugo González,
conocido en el medio de la construcción como Pajita. Los dos eran del Partido
Comunista y llegaban a darnos charlas políticas y sindicales. El Oso (Castro
Belloso) era un gran dirigente y profesor sindical. Llegaba también Alberto
Quijano, que luego fue del Comité Central del PCS y que lamentablemente murió
borracho en la calle, el alcohol lo dominó y lo destruyó como dirigente.”
Buscábamos irnos
para la Sierra Maestra en Cuba
“Así fue como me
empecé a acercar a las estructuras sindicales entre los años 57 y 60. Un hecho
que me impactó profundamente fue el triunfo de la Revolución Cubana en enero de
1959. En 1956 junto con Felipe “El Cuche” Zaldivar, nos fuimos para México, a
buscar contactos en la Universidad de México con los cubanos del Movimiento 26
de Julio, decididos a irnos a incorporar como combatientes a la lucha en la
Sierra Maestra.
“Nosotros
seguíamos de cerca las noticias, oíamos a Radio Rebelde y llegaba la revista
Bohemia. Estábamos bien enterados del proceso revolucionario cubano.
Lamentablemente no encontramos los contactos quedándonos varados en la capital
mexicana. Felipe y yo éramos unos jóvenes aventureros, queríamos ir a luchar a
Cuba contra el dictador Batista pero no teníamos conciencia de lo que estábamos
haciendo.”
“Para irnos a
México Felipe me dijo: mirá yo tengo guardados unos quinientos pesos, y vos
conseguite unos doscientos. Me acuerdo que nos juntamos una mañana en el Parque
Central de Santa Ana y de allí tomamos una camioneta para la frontera…Con
Felipe vivíamos cerca, una pared separaba los mesones en que vivíamos. La mujer
de Felipe hacía y vendía batidos. Éramos de la misma edad y platicábamos mucho,
él era muy inquieto.”
“Todo esto me fue
llevando a tomar conciencia de la realidad. Me incorpore a la lucha contra la
dictadura de José María Lemus. Del 56 al 59 fueron años de trabajo político, de
convencimiento, dentro del Sindicato de la Construcciòn, que pertenecía al Comité
de Unidad Sindical, CUS. Hubo dos compañeros que me talonearon, me buscaron
para reclutarme para el PCS. Se llamaban Mariano Carranza que era ladrillero y
Santos Medardo Villeda, que era albañil. En el año 1959 me dieron los estatutos
del PCS para que los estudiara.”
“Empecé a reunirme
con un grupo de partido, con los compañeros Mariano El Chino Carranza, Santos
Villeda y Virgilio Guerra, que eran obreros de la construcción; Pedrito Yanez,
que era motorista y dirigente del Sindicato del transporte, y Eduardo
Camporeal, talabartero conocido como El Potro. Nos reuníamos en nuestras casas
y cuando realizábamos reuniones ampliadas las hacíamos en una pequeña finca, de
una compañera que vendía queso que quedaba en el cantón El Mora.”
“Las hacíamos a
veces en la madrugada para evitar ser detectados por la Guardia Nacional. Eran
reuniones clandestinas, secretas. Recuerdo que una vez que me invitaron por
primera vez a participar en una ampliada del Comité departamental del PCS, como
delegado escogido de las células, nos dijeron que iba a llegar a hablarnos el
Hermano Pedro, la compañera que me lo manifestó era profesora de ANDES 21 de
Junio, me imagine que era algún pastor evangélico, pero no.”
“Se trataba nada
más y nada menos que de un señor alto, de barba negra recortada, medio pelón y
con cachucha. Se trataba de Schafik Handal, acompañado por su motorista, Víctor
Manuel Sánchez, conocido como “El Niño” que fue muy solidario conmigo , con mi
esposa Dinora, y con mi hija Leyla, cuando fue capturado y desaparecido entre
el 75 ye 76. Al Niño lo desaparecieron en 1977.”
“Un pequeño
comentario popular: ambos él y Schafik eran buenos para el diente. Una vez que
viajaban para la ciudad de Santa Ana, en El Congo compraron un racimo de
guineos manzanos maduros y al llegar ya se lo habían terminado y en la reunión
continuaron con un puño de mangos sazones. Recuerdos históricos que nunca se
olvidan. Estos fueron Schafik y el recordado Niño.”
Me juramentaron al
PC en un mesón en Santa Ana
“En 1960 estaba
claro acerca del Partido Comunista. Pero esto me causaba un conflicto familiar
ya que mi papá era martinista. Al final en 1962, el 23 de diciembre, a los 26
años entre al partido. Me juramentaron en un mesón en Santa Ana en una pieza
que alquilaba Mariano “El Chino” Carranza.”